Jaime Siles, uno de los miembros del jurado, se expresó así del maestro al momento de dar a conocer el galardón: "José Emilio Pacheco es el único poeta posterior a Octavio Paz que ha creado un universo auténticamente propio, trabajando prácticamente todos los tonos del lenguaje, el poema confidencial, el irónico, el de lo cotidiano
Dediqué hace muy poco este espacio a la obra del maestro José Emilio, y concretamente a uno de sus libros más entrañables: la novela Las Batallas en el Desierto. La razón es que acababa de releer esa novela, pues fui uno de los seis invitados a participar como charlista en el homenaje que le organizó, por sus 70 años de vida, la Cátedra Alfonso Reyes que se imparte en el Tecnológico de Monterrey. El homenaje se llevó a cabo el pasado 15 de abril, en Puebla. Los otros participantes fueron Eduardo Langagne, Glafira Rocha, Mario Bojórquez, Emmanuel Carballo y Jorge Fernández Granados.
Llegamos a la tierra del mole desde el 14 de abril. A mí y a Glafira nos tocó abrir las actividades con una charla sobre la narrativa del maestro. Fue una experiencia memorable por muchas razones. Quizá la primera de ellas es que en el auditorio, sentado en primera fila, estaba José Emilio Pacheco. Durante todo el día estuvimos conversando con él, haciéndole preguntas, contando anécdotas que tienen que ver con su obra o con la literatura en general.
Yo llevaba el primer ejemplar que tuve de Las Batallas en el Desierto: una versión de monitos, una especie de libro vaquero con alto voltaje literario. Otros llevaban ediciones agotadas, o antologías, o ejemplares de revistas en donde Pacheco había publicado primeras versiones de poemas que ahora son auténticos himnos generacionales. (¿Quién no ha leído o escuchado alguna vez el poema Alta Traición?).
En cada una de las charlas el maestro Pacheco estuvo atento, haciendo comentarios, bromas, precisiones. Fue un día fluido, estimulante, y al final de la jornada, cuando el autor de El Viento Distante ofreció un recital, la atmósfera era propicia para escucharlo como si en lugar de una Cátedra, aquello fuera una conversación de sobremesa. Pero en realidad fue una Cátedra.
Con una paciencia que raya en el heroísmo, Pacheco accedió a leer el poema titulado Pompeya
La obra de Pacheco es seria, no solemne. Sus novelas, cuentos y poemas son conversaciones: avanzan con agilidad, y estalla el asombro en cada línea. De allí que el jurado que le concedió el Premio Reina Sofía haya querido destacar "el universo auténticamente propio" que este autor ha creado. Felicidades, Maestro.
2 comentarios:
A todos los mexicanos debería de darnos gusto que se reconozca a nuestros paisanos, no solo por el miedo dicriminatorio de la influenza y por nuestros malos políticos, si no tambien por hombres (y mujeres,claro) dedicados con pasíón al arte, como en el caso de José Emilio Pachecho.
Saludos Vicente.
Perdón por el error, en realidad quise escribir José Emilio "Pacheco".
Mil disculpas.
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