domingo, 22 de diciembre de 2013

Un TIC TAC y todo cambió...


Un ciudadano promedio de nuestra época oye muchas más veces Las Cuatro Estaciones que aquellas que pudo escucharla Vivaldi. La razón es sencilla: para oír sus piezas, el compositor veneciano necesitaba reunir una orquesta y montar la obra, hoy, en cambio, basta buscar la grabación. Esta idea, que escuché cuando estudiaba en la Facultad de Música, nos recuerda que nuestro acceso a las artes es muy distinto del que tuvieron nuestros antepasados. Ya en 1936 el filósofo y crítico alemán Walter Benjamin reflexionaba sobre las consecuencias que acarreó esta posibilidad de reproducir las obras artísticas una y otra vez. Sobre todas, Benjamin destacaba la posibilidad de poner la réplica, en forma de fotografía o de sonido grabado en disco, en situaciones inalcanzables para el original. ¿Qué quiere decir esto? Muy sencillo: que hoy cualquiera puede tener en casa una réplica de Las Meninas, escuchar una orquesta mientras corre o ver Psicosis en su celular.
He recordado el asunto porque el miércoles estuve en el toquín de presentación de Tic Tac, la más reciente grabación de Los Enanitos Verdes. Más adelante explicaré por qué hablo de grabación y no de disco. Mientras tanto quiero destacar que se trata de una de las mejores grabaciones de esta banda, un poderoso trabajo que recupera el sonido que forjaron en Big Bang, otro de sus trabajos clásicos. Armados con bataca, bajo y guitarra, coloreando las atmósferas con cuerdas, metales, órgano y una pizca de percusión latina, los enanos nos meten en un viaje que bien vale cada una de las 12 horas del reloj que aparece en la portada.
Efectivamente: como en otras obras de los enanitos, hay en Tic Tac un reloj involucrado, objeto que evoca una de las obsesiones de estos músicos mendocinos: la relación espacio-tiempo. Algunos dicen que todo terminó, otros dicen que la vida es larga… Veintisiete años después de la aparición de Contrarreloj, su segundo disco, Los Enanitos Verdes parecen evocar aquel álbum que los puso en la cima, pero no para vivir de viejas glorias, sino para demostrar que pueden superarse a sí mismos. "En un tic tac todo se transforma en nada (…) un tic tac y todo cambió", dice la letra del octavo track, el que da nombre a esta grabación. Y sí, el tiempo cambia todo.
          No es fácil ser estrella de rock, escribí hace unas semanas refiriéndome a Lou Reed y a Metallica. Lo repito. No cualquiera mantiene ese estatus por más de treinta años. Los enanitos verdes lo han hecho: los 34 años que Marciano Cantero (bajo, voz) y Felipe Staiti (guitarra) llevan tocando juntos se reflejan en Tic Tac. Acopladísimos. Certeros. Todo ese kilometraje se nota en la grabación. Mientras escribo escucho Cocktail, la cuarta rola del trabajo: un track que corre sin prisas, pero sin pausas. A la impecable ejecución vocal hay que sumar que Marciano Cantero está en su mejor momento como bajista: escuchamos un músico más arriesgado, más creativo, que por momentos emprende descargas casi jazzísticas. El solo de guitarra en esa canción demuestra por qué Staiti es una de las liras más cotizadas del continente.
Ahora, ¿por qué hablo de grabación y no de disco? Porque las disqueras, como los dinosaurios, están sentenciadas a transformarse o desaparecer. Con la aparición de nuevas tecnologías que permiten replicar la música muy fácilmente, el eje de la industria musical ha vuelto a ser el concierto, no el CD ni el MP3. Las señales del apocalipsis están allí: no es casualidad que David Bowie haya gastado sólo nueve dólares en la filmación de su último video, ni que Metallica acabe de fundar su propia disquera, ni que Café Tacvba haya bautizado su trabajo más reciente como "Ese objeto antes llamado disco". En ese tenor Los Enanitos Verdes decidieron lanzar Tic Tac como banda independiente bajo el sello Serafita Music, es decir, al margen de las grandes compañías disqueras. Evidentemente todos estos artistas están explorando una nueva forma de relacionarse con sus escuchas, que en el fondo es aquella que tenía Vivaldi: una dinámica que vuelve a poner en el centro al músico y su público, no a un enorme aparato de distribución plagado de intereses. Muy bien por Los Enanitos. Por cierto, algunos tracks de Tic Tac se pueden escuchar en la página de la banda (www.losenanitosverdes.net). También allí aparecen las formas en que se puede adquirir la grabación.

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