Comienzan a poblar ya las mesas de novedades los primeros dos títulos publicados por Páramo Ediciones. Se trata de una editorial independiente que lleva al timón, entre otros, a Geney Beltrán y Mijaíl Lamas. Abren la cuenta 17 tomates y otras historias de Cachemira, de Jaspreet Singh y Angustia, de Graciliano Ramos. Transcribo aquí los textos que ofrecen las cuartas de forros de ambos títulos.
En una ciudad del noreste brasileño, un burócrata sin futuro se enamora de una joven muy hermosa. Frívola, ella no tarda en rechazarlo para lanzarse a los brazos de un tipo arrogante y, por supuesto, con dinero. La trama austera de Angustia da lugar al despliegue de ese estado de convulsión adelantado en el título del libro. El valor de Angustia, considerada una obra maestra de la literatura brasileña, se halla en la capacidad de su autor para convertir a su protagonista (un pobre diablo) en un personaje universal, un paradigma de las aspiraciones frustradas.Luego de su primer libro, Graciliano Ramos publicó tres obras maestras: San Bernardo (1934), Angustia (1936) y Vidas secas (1938), novelas que desde perspectivas distintas conforman un retrato plural del noreste brasileño: la burguesía arribista, la burocracia con aspiraciones letradas, los campesinos expulsados por la sequía y el hambre. Sin embargo, más que un retrato social, ese tríptico es una inmersión en los temas del poder y el amor en conflicto, de los celos y la obsesión voyerista, de la prostitución de la palabra escrita, de la mezquindad y la búsqueda de la supervivencia.
Graciliano Ramos, cuya obra ha sido traducida a quince lenguas, en la década de 1930 apostó por una expresión pulida y depurada que le permitiera una introspección, por decir lo menos, perturbadora. No en vano expresó: “La palabra no fue hecha para embellecer o brillar como oro falso. La palabra fue hecha para decir”.Graciliano Ramos (1892-1953) nació en Quebrângulo, Alagoas, y murió en Rio de Janeiro. Fue también autor de narraciones infantiles, de un libro de cuentos (Insónia, 1947) y los tomos autobiográficos Infância (1945) y Memórias do cárcere (1953). Su obra se ha impuesto en la narrativa brasileña del siglo XX como una de las más sólidas y perdurables, al lado de las de João Guimarães Rosa y Clarice Lispector.
El primer libro de Jaspreet Singh, Diecisiete tomates y otras historias de Cachemira, ha tenido una recepción crítica excepcional en Canadá. Al igual que otros autores originarios de la India, como Salman Rushdie y Vikram Chandra, Singh trata el tema de la realidad poscolonial de su país, y lo hace valiéndose de un lenguaje elegante y sencillo que da fuerza y ritmo a la ficción, mientras como trasfondo se conoce, desde el punto de vista infantil, la violenta crueldad de la guerra entre India y Pakistán por la región de Cachemira.Irónicas, puntillosas y llenas de comicidad, las historias reunidas en este volumen muestran el carácter de personajes tan disímiles como Adi y Arjuna (inseparables amigos que conocen muchas aventuras), un árbitro de críquet que se enfrenta a grupos rebeldes y una niña que devora sus tomates en la escuela para varones. Todos ellos evocan la esencia mística y poco explorada de la India, al lado de sus conflictos políticos y humanos, sin caer en el exotismo.
Jaspreet Singh (1969) creció en la India y Cachemira y se mudó a Canadá en 1990, donde se graduó como doctor en ingeniería química por la Universidad McGill. Algunos de sus cuentos han aparecido en publicaciones como Walrus, World Cup Cricket Anthology, Aids Sutra y Zoetrope, ésta última dirigida por Francis Ford Coppola. Su obra también ha sido leída en la CBC Radio. Es autor de la obra teatral Speak, Oppenheimer y de la novela Chef. Diecisiete tomates ganó el premio Hugh MacLennan 2008 al primer libro publicado.
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